lunes, 21 de diciembre de 2009

Dan O'Bannon R.I.P.

Haciendo historia con H. R. Giger

Uta... acabo de enterarme de la muerte de Dan O'Bannon, sucedida el jueves pasado, 17 de diciembre. Dan llevaba varios años batallando con la enfermedad de Crohn, una de esas pesadillas que te afectan todo el cuerpo. Yo esperaba aún ver una película escrita o dirigida por él, porque recuerdo haber leído que él esperaba poder levantar un proyecto más de cine. Dan no fue un guionista o director más, él fue el cocreador de Alien, el filme dirigido por Ridley Scott, y con ello uno de los fantasistas fundamentales de la modernidad. Antes, él había sido fichado por Alexandro Jodorowsky para trabajar en la versión que el cineasta pánico planeaba filmar de Dune, y tras trabajar con John Carpenter en su brillante filme debut, Dark Star. En ese proyecto de Jodorowsky conoció a H. R. Giger y a Moebius, y juntos después se fueron directo a crear Alien... las cosas ya no fueron las mismas para el cine. Después, escribió un episodio del filme de animación Heavy Metal, así como escribió y dirigió Return of the Living Dead, una secuela no oficial al clásico de George Romero, y de nuevo creó una obra de culto. Entre otros de sus filmes se encuentra The Resurrected, un homenaje a Lovecraft, que nunca pudo editar como quiso, entre otras cosas. La de Dan ha sido una gran pérdida; se ha ido un imaginador profesional que nos inspiraba. Ojalá a su muerte, los medios le dieran la misma importancia que le dan a la de una joven actriz. Chale.

martes, 15 de diciembre de 2009

Filmes notables de horror en el nuevo siglo

De revistas especializadas en cine de horror, en la actualidad sólo compro mensualmente HorrorHound. Fangoria y Rue Morgue ya muy de vez en cuando; cuando lo que presentan me interesa demasiado y cuando el bolsillo me lo permite (todos estamos inmersos en la crisis financiera, y bien sabemos que los precios trazados por el dólar realmente se han vuelto ridículos). De esta última, por cierto, acabo de enterarme que su editora Jovanka Vuckovic ha salido de la revista, en no muy buenos términos. En fin…

La lectura de HorrorHound además de muy amena e informativa, me parece que representa la transición que están teniendo los medios de comunicación en la actualidad: esta publicación surge a partir de la cobertura y discusión del cine de horror, pero tomando muy en cuenta cuestiones como fuentes y merchandising; es decir, novelas, videojuegos, cómics, televisión, locaciones, juguetes, memorabilia, etcétera. HorrorHound le está dando una importancia radical a todas las cuestiones que hace unos años nos parecían poco más que frívolas, y que hoy día son importantes en el desarrollo del género y medio como mercado y cultura Pop (que hoy día parece ser la única).



Bueno, eso sólo quería mencionarlo; pero, en realidad, escribo esto porque en el más reciente número de esta revista, el 20, se publicó un listado de las 20 películas más grandes de horror de la pasada década, según el staff de la misma publicación.

La lista es la siguiente:

1.- Shaun of the Dead (El desesperar de los muertos)
2.- The Descent (El descenso)
3.- American Psycho (Psicosis Americana)
4.- Grindhouse
5.- Dawn of the Dead (El amanecer de los muertos)
6.- Trick ‘r’ Threat
7.- The Devils Reject
8.- REC.
9.- High Tension (Haute Tension)
10.- Let the Right One In (Låt den rätte komma in, Déjame entrar)
11.- Jeepers Creepers (El demonio)
12.- May
13.- House of 1000 Corpses
14.- Inside (À l'intérieur, En las entrañas)
15.-The Mist (Sobre Natural)
16.- Cabin Fever
17.- Saw
18.- 28 Days Later (Exterminio)
19.- Ju-on
20.- Slither (Criaturas rastreras)




Aunque por sus textos y comentarios los periodistas de esta revista dejan ver que su paladar degusta más allá del clásico menú hollywoodense, esta lista demuestra que pecan un tanto de inocencia al contar entre lo mejor de esta década los muy poco originales trabajos de Eli Roth y Rob Zombie. Ambos ‘autores’, me parece, son clara muestra del lado decadente del género durante dicho periodo, pues su cine está carente de ideas y sobreelaborado estéticamente.

Del resto de películas que consideran (fuera de Saw, que yo no la tomaría entre las mejores; Trick ‘r’ Threat, que aunque es muy divertida creo que no la metería en un listado de lo más sobresaliente; y de The Mist, que no puedo opinar porque no la he visto), me parece que se trata de una buena selección, e igualmente de una camada fílmica que muestra que aún existe talento e ideas dentro del género.



Si me lo preguntan y de ser necesario, no estoy seguro cuáles sacaría del listado… pero sí estoy seguro que agregaría los siguientes títulos:

-El espinazo del Diablo (Guillermo del Toro, 2001)
-Chakushin ari (Una llamada perdida, Takashi Miike, 2003)
-Uzumaki (Higuchinsky, 2000)
-Encarnação do Demônio (José Mojica Marins, 2008)
-Gwoemul (El huésped, Joon-ho Bong, 2006)
-Darkness (La séptima victima, Jaume Balagueró, 2002)
-Jisatsu sâkuru (Suicide Club, Sion Sono, 2001)
-Drag Me To Hell (Arrástrame al Infierno, Sam Raimi, 2009)
-El alimento del miedo (Juan López Moctezuma, 1993 [terminada de forma póstuma en 2006])
-The Village (La aldea, M. Night Shyamalan, 2004)
-The Others (Los otros, Alejandro Amenábar, 2001)


Pues ahí está, una década más, un puñado más de terrores y pesadillas notables... sigamos aplaudiendo los buenos esfuerzos cinematográficos.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Saludos a Paul y a Roman


Apenas en el pasado post, puse una foto que me tomé con don Jacinto Molina, conocido internacionalmente como Paul Naschy. Y esta semana se dio la triste noticia del fallecimiento de este icono del cine de horror español, hombre ibérico de las mil caras, que hizo famosa su interpretación de hombre lobo, y que encarnó personajes malvados que iban desde sacerdotes hasta chupasangres, en una filmografía que se considera sobrepasó los 100 títulos.

Naschy fue uno de esos actores que ponen todo su empeño en el género, haciendo de su rostro un emblema que para varias generaciones de espectadores implica cine de fantástico.

Tuve la fortuna de conocerlo en 2005, durante el Festival de Sitges, España. Aunque –como suele suceder en estos casos- Molina nunca fue bien visto por la historia oficial de la industria cinematográfica española, en esa ocasión orgullosamente presentó una colección de DVD que reunirían los títulos más importantes de su filmografía, así como una adaptación en cómic de su filme El retorno del hombre lobo, escrita por él mismo y dibujada por Javier Trujillo. Pudo ver en vida que se le hiciera cierta justicia. Molina era un hombre amabilísimo.

Una leyenda más ha partido, no la olvidemos.


Fue un gusto, don Paul

-Desde hoy, como seguramente muchos de ustedes sabrán, Roman Polanski estará en libertad condicional (bueno, más bien en arresto domiciliario) tras dos meses en prisión. Podrá pasar el fin de año en la residencia de descanso en Suiza, hacia la que se dirigía de Francia cuando fue arrestado, aunque lo hará rodeado de seguridad, de paparazzos y con un brazalete en el tobillo a través del cual será monitoreado, ¡para evitar que se fugue!

Como seguramente muchos de ustedes sabrán, Polanski se aprovechó sexualmente de una puberta de 13 años, durante una sesión de fotos que le fue encargada en 1977, en Los Ángeles. Polanski se dejó llevar, sin duda, por el momento, el alcohol y por la disposición de una madre y una niña que permitieron la sugerente sesión de fotos. Lo que siguió ya se ha cronicado sobremanera recientemente en muchos medios; resumamos diciendo que desde 1978 es buscado por la Ley de Los Ángeles, pues salió del país rumbo a Francia (recomendado por su abogado) para no asistir a una audiencia, tras la cual se le tenía planeado encarcelar (su caso, finalmente, ha caído en manos de jueces realmente de rapiña que han buscado beneficios con éste).

Quien entonces fue la niña abusada, hace unos años perdonó a Polanski; aunque eso no cambió en nada la situación de este artista con la justicia angelina: cuando se le concedió el Óscar al Mejor Director por The Pianist, en 2002, tuvo que recogerlo en su nombre Harrison Ford, pues Polanski estaría perdido de pisar suelo estadounidense. Más tarde que temprano, esta amenaza se llevó a cabo, y así es que llegamos a la reciente situación de este genio artístico.

Se ha hablado y manifestado mucho acerca de la poca gravedad del acto realizado por Polanski, en comparación con cientos de crímenes mucho más graves y que son poco o nada condenados por la Ley (a los cabrones que tenían esclavizadas a docenas de personas en Iztapala, calculan que les darán solamente entre 10 y 15 años de prisión…); así como, que los asesinos de su madre (muerta en un campo de concentración), y de su primera esposa, Sharon Tate, y su hijo nonato (masacrados por el clan Manson), no hayan sido castigados como merecían. Efectivamente, todo esto, y una infancia miserable en medio de la guerra, arroja a un ser humano inocente de todo lo que pueda hacer tras tanto pinche sufrimiento.

La Ley es ciega dicen, y más cuando hay intereses de por medio. Aquí no importa que los considerados víctima y victimario hayan hecho ya las pases (se habla de un arreglo monetario previo); que en Hollywood (como en prácticamente todas las ciudades) existan las condiciones para realizar toda clase de excesos, y no se castiguen muchas de ellas; que Polanski no es un criminal, a pesar de cometer un acto reprobable; y que a Polanski la Ley también le debe justicia en más de una ocasión desde antes de 1977.

Sin duda, Polanski aquel día en 1977 no tomó la mejor decisión; pero está completamente consciente de ello, es culpable, lo sabe, y su dilema tendría que terminar ahí.

Ahora, por otro lado, me parece que Polanski es el director más grande de la historia, al que el arte y muchos espectadores le debemos mucho. Es una lástima que quieran opacar su obra y sus logros. Yo estoy con Polanski.


miércoles, 18 de noviembre de 2009

Apuntes acerca de los sustos, II

Continúa mi recopilación de apuntes, entrevistas y notas sobre los festivales de cine de sustos. Aun aparcado en la edición de 2005 de Sitges, rescato la entrevista que tuve con los gemelos Quay, parangones de la animación moderna; la transcripción de la conferencia de prensa y un par de preguntas que hice con Dave McKean y Lisa Henson (hija de Jim Henson), para presentar Mirrormask, de McKean y Neil Gaiman; así como una galería de fotos, producto de mi ojo enfocando y mi dedo accionando el disparador (excepto donde aparezco), en las cuales pueden verse diversos aspectos de Sitges.


Los Quay

Lejos del mundanal ruido producido por animales antropomorfos protagonistas de aventuras ya muy sobadas y por monstruos cochinos, pero muy buena onda, la animación contemporánea ha ido construyéndose también en base a una tendencia estética y temática que poco tiene que ver con aquellos ejemplos ‘bienintencionados’ hollywoodenses.

Aquel brazo subversivo, más que responder a una preocupación económica, responde a una necesidad autoral por encontrar y desarrollar nuevas posibilidades en la animación. Nombres como Hayao Miyazaki, Jan Svankmajer, Ralph Bakshi, Peter Chung, el mismo Terry Gilliam, entre otros, componen un esfuerzo que busca demostrar que la animación no es sólo ‘cosa de niños’.

Los gemelos Quay, Timothy y Stephen, pertenecen igualmente a ese muy selecto y brillante grupo de terroristas de la normalidad. Aunque nacidos en Estados Unidos, este par de artistas ha tenido que establecer su base de operaciones en Europa, y casi exclusivamente para Europa, pues sus entonaciones en el arte de la cinematografía animada en muy pocas ocasiones logran eco en su país.

El apellido Quay podrá verlo el curioso espectador entre los créditos para trabajos como el celebérrimo videoclip a Sledgehammer, de Peter Gabriel, o las secuencias animadas de la Frida de Salma Hayek y Julie Taymor; dos ejemplos en los que la magnitud económica de los proyectos no mermaron la libertad creativa de los gemelos artistas. No obstante, hay que ver cortometrajes como Street of Cocodriles (1986, el cual Terry Gilliam cuenta entre los diez mejores cortometrajes de la historia del cine), o sus dos largometrajes hasta el momento, Institute Benjamenta y The Piantuner of Earthquakes, para conocer unos de los ejemplos más auténticos del surrealismo en pleno siglo XXI.


En Sitges, realizan concursos para decorar los comercios con temas del festival. En 2005, el tema principal fue Jaws.


En éste último, un individuo excéntrico y millonario busca con la ayuda de un afinador, reactivar los extraños autómatas que rodean su isla con la única idea de crear una ‘ópera diabólica’ que vuelva a la vida a Malvina van Stille, la cantante de ópera de la que está obsesionado. El filme, transcurre en una solución de colores y atmósferas mercuriales, que terminan por meter al espectador en un estado en el que los sentidos y las ideas parecen ir a otro ritmo. Eso, incluso, ya es conocido como ‘quayesco’.

Y es precisamente con este último trabajo, con la traducción de El pianoafinador de terremotos, que la obra de los Quay se ofreció en México durante el 3er Festival Internacional de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México, FICCO, y que de hecho, ha sido ya editada en DVD en la colección del mismo festival.

Tuve la oportunidad de platicar con los gemelos en Sitges, Cataluña, por supuesto durante el festival de cine fantástico –donde, por cierto, se llevaron el premio a los mejores Efectos Especiales- y, aparte de sorprenderme ante la ebullición y continuidad de ideas y respuestas entre ambos como si se trataran de una sola identidad surcando entre dos cuerpos –ya sé que suena a lugar común, pero les invito a que busquen otras entrevistas con ellos para que vean cómo sorprende su total identificación, para confusión del entrevistado-, me motivó sobremanera sus recuerdos e intereses en México lugar en el que, para variar, habían visitado unos meses atrás y sin que nadie se enterara. A continuación, corto mi rollo y les dejo hablar con una sola voz: la de los Quay.


Park Chan-wook

“A México fuimos invitados para realizar un taller en una nueva escuela de cine (nunca supieron decirme a cuál a pesar de darles nombres). Teníamos cerca de 30 estudiantes y algunas personas (curiosos) más.

México siempre nos ha interesado, pues como que ha sido el gran periodo desconocido de Luis Buñuel. Y esa visita a México fue como pretexto para descubrir más cosas de Buñuel, cuya obra tiene que ver mucho en nuestra animación”.

“Nos habría gustado asistir a los lugares en los que se filmó Él, El ángel exterminador o Los olvidados, incluso cuando estuvimos allá supimos que Ernesto Alonso, quien protagoniza Él, todavía vivía y en algún momento pensamos en hacer un documental, algo así como Looking for Buñuel, en el cual podría reunirse mucho material: como qué ha quedado de sus películas, cuáles son su huellas. Estuvimos ahí en abril y nos encantó. Nos gustaría conocer a Silvia Pinal y al hijo de Gabriel Figueroa.

¿De dónde surge la idea de tan peculiar de The Pianotuner of Earthquakes?
Inicialmente la idea era hacer una adaptación al relato de Adolfo Bioy Casares, La invención de…, pero los derechos no estaban disponibles. De forma tal que tratamos, entonces, de hacer una película que sirviera como un homenaje respetuoso a esa y a otra historia que, creemos, es como poesía de ciencia ficción, es hermosa y poderosa, sin utilizar grandes recursos ni efectos especiales. Esta obra se llama La Jette, de Chris Marker, es algo que le inyecta ciencia ficción a tu imaginación. No se trata de ciencia ficción deliberada, pero a tu imaginación le sugiere un universo totalmente nuevo. Y pues esa historia siempre nos ha impresionado a nosotros.


Chiaki Kuriyama

Bueno, La Jette, de hecho, provocó 12 Monkeys, de Terry Gilliam, quien curiosamente me parece que es uno de los productores del filme de ustedes...
Bueno, lo interesante del caso es que, hasta donde sabemos, Terry nunca ha visto La Jette. Es algo que, a final de cuentas, no importa, es irrelevante.

Terry, aunque se ha desarrollado en los filmes de acción real, creo que comparte la idea que tenemos de la animación. Él, desde luego, es un personaje muchos más importante que nosotros, y es por eso que le estamos muy agradecido por haber prestado su nombre y apoyo para este filme.

¿Cómo y cuándo conocieron a Terry Gilliam?
Fue a finales de los años 80, cuando trabajamos en una obra de teatro. Él vio nuestro trabajo, se acercó y en algún momento trató de que trabajáramos con él, pero tuvimos que hacer otras cosas y ya no se pudo hacer; pero aún así continuamos siendo muy amigos. Y bueno, para Los hermanos Grimm realizamos algunos diseños preliminares de los monstruos (aquí en una cacofonía ambos comentan y discuten que no querían hacerlo, que no les gustó lo que hicieron pero que sí les gustó, y que no han visto siquiera la película; y que bueno, en realidad no les importa demasiado si sus conceptos llegaron o no al producto final). Sabes, en algunas ocasiones puedes convertir en basura algo, y aún así puede funcionar.


Esos pequeñitos son Viggo Mortensen y David Cronenberg


¿Cuando tiempo tardaron en filmar The Pianotuner of Earthquakes?Bueno, fueron cinco semanas de la filmación principal con los actores. Y después regresamos a los estudios y trabajamos durante seis meses en la animación.

¿Como ven la evolución desde su primer largometraje a este segundo?
Bueno entre los dos hay diez largos años de trabajo, en los que hemos experimentado con el cine. Y por supuesto no hemos encontrado un éxito económico; de hecho, levantar este proyecto fue muy difícil, por eso se llevó una década hacerlo. Fue gracias al nombre de Terry Gilliam, que el dinero alemán y japonés llegó para el filme. El presupuesto fue de 3 millones de euros, que es mucho para un filme independiente.

¿Cuáles son las diferencias entre dirigir un filme de acción real y uno de animación?
Nosotros hacemos animación con marionetas, lo cual nos exige imprimir las emociones a las marionetas. Mientras que con los actores es ...(silbido) las actuaciones fluyen, nos sentamos y hablamos con los actores, les decimos cuál es la situación y les pedimos que nos sorprendan, para que entonces a nosotros sólo nos quede capturar su trabajo. Con las marionetas, por el contrario, no puedes capturar la actuación: tenemos que hacerla nosotros. Es algo muy distinto.


El cine Casino Prado


Y que les gusta más ¿los actores o las marionetas?
¡Oh! Ambos. Con un actor tienes la seguridad, la oportunidad de explorar lo que están dispuestos a dar. Con este filme sólo tuvimos dos días de ensayo, y pues después sus actuaciones fueron así tal cual. Trabajamos durante diez años con animación y de repente nos dan la luz verde para realizar el largometraje, y pues nos aterrorizamos. Fue difícil, porque trabajamos con actores y ellos necesitan ensayos, de repente los poníamos frente a la cámara y hacíamos seis o siete tomas... fue brutal.

Sin embargo, filmar una película de acción real es mucho más rápido que una de animación...
Oh, por supuesto... pero siempre te hace falta tiempo, ¡no sabes para dónde ir!

Con la animación sólo somos nosotros dos en nuestro estudio, y nadie más se involucra: nadie nos pone un deadline, nadie ve nuestros rushes, nadie nos apura. Es algo lento, y así es como lo hacemos naturalmente. Y es de esa forma, porque en cada proyecto nos descubrimos y para ello necesitamos tiempo.


El cine Retiro


¿Cómo trabajan ustedes?, uno hace una cosa, o los dos escriben, los dos dirigen...

Bueno, en este caso, por ejemplo, ambos platicábamos cada noche, minutos antes de que comenzáramos a filmar, ambos platicábamos con los actores.

Tratamos de tener una especie de línea de trabajo, un hacia dónde vamos, qué es lo que estamos buscando, qué es lo que los actores nos pueden dar. Nosotros siempre trabajamos de forma cronológica la historia.

¿Qué tanto creen que habría cambiado el filme de no ser ustedes animadores?
Bueno, creo que al realizar nuestras animaciones percibimos al mundo de forma distinta. Y es así que al actor, por ejemplo, tratamos de llevarlo hacia ese mundo. Y bueno, de alguna forma tratamos de convertir al actor en una especie de marioneta, que se transforme en un elemento más de un enorme decorado, ese espacio metafísico, existencial.


Espectaculares a la entrada del cine Auditorio del Hotel Meliá


¿Cómo ven la escena actual de la animación? ¿Creen que existan más proyectos como el de ustedes y más dinero para hacerlos?
Bueno supongo que puede ser un buen momento para ti, si te dedicas a hacer filmes como Toy Story. Nosotros no hacemos filmes de esa clase y, por tanto, pues podemos decir que la situación no es muy buena. Este filme nos ha permitido tener una especie de visión idílica de la animación para nosotros, en la que haya una especie de eco poético entre la acción real y la animación. Es algo que sentimos necesario, porque creo que será hasta dentro de muchos años cuando logremos hacer un largometraje de animación. Es así que fue muy importante para nosotros el tipo de animación que presentamos en este filme; buscamos que de forma alguna hicieran clic la animación y la acción real, de una forma análoga. Creo que eso es importante para la animación, para lo que creemos crear. Y eso es lo que estamos buscando.

¿Es posible que en el futuro podamos ver una animación en conjunto por los Quay y Jan Svankmajer?
El tienen frente a él como cinco años de trabajo asegurado. Y que vamos a hacer nosotros con él: somos dos pequeños perdedores frente a un maestro. Es un genio al que es difícil llegar.

Dave McKean

Dave Mckean a través del espejo

Dave McKean, genio contemporánea de las artes visuales, sonrié como infante con caramelo nuevo cuando el que esto escribe le comenta que Mirrormask (su sobresaliente largometraje de animación, guionizado por Neil Gaiman) se acerca más a un acto punk que a uno jazzístico (su género de música favorito), por lograr un espectáculo formal a pesar del bajo presupuesto.

“Creo que la revolución punk, efectivamente, fue una gran influencia para mi generación durante la adolescencia, aunque en realidad nunca me ha gustado...el jazz es lo que me llega. Pero creo que el espíritu, efectivamente, está ahí: no necesitas grandes cantidades de dinero, ni una productora o un sello discográfico que te diga qué hacer. Ese es el espíritu y pues Neil, que es un poco mayor que yo, comparte la idea”.

Perfumería atendida por el padre Karras en Sitges

Acompañada por Lisa Henson, McKean conestó lo siguiente en conferencia.

¿Cómo combinaron las distintas técnica de animación?

DM: Aún cuando la Henson Company nos invitó a Neil y a mí para filmar una película, sabíamos que no habría un presupuesto asignado, aunque tendríamos la libertad de utilizar todo el material, los muñecos y las instalaciones de la compañía. Así que pues tuvimos libertad para la construcción del filme, utilizando animación en 3D, así como motion caption (en la cual la computadora analiza el movimiento y lo traslada a la animación), así como muchas técnicas muy sencilla que he ido utilizando y encontrando a través de mi trabajo en cortometrajes y videoclips musicales. Se trata de formas muy sencillas de utilizar la computadora.

Y bueno, también puse mi mirada de nueva cuenta en los filmes silentes. Estoy realmente enamorado de ese cine, y constantemente lo veo porque me gusta ver cómo sus creadores iban inventando todo frente a la cámara. Y todo eso me gustaría ver si vuelve a funcionar en el cine actual, en todas las herramientas digitales que vienen siendo lo más novedoso, como el cine lo fue hace cien años.

En ésta, atiende Tiburón

¿Qué opina del cine de CF contemporáneo?
DM: Hace falta imaginación en la gente, hace falta fantasía.
LH: Soy una gran fanática de las películas de fantasía así como las de CF. Pero creo que el punto de vista que Dave tiene respecto a la fantasía es muy distinto al mío, y al de la mayoría de la gente en este festival.

DM: Creo que es importante que exista un cine que refleje nuestro mundo. Pero, una vez que eso se ha hecho, también necesitas de obras que muestren las fantasías, lo que uno sueña, y todo aquello que nos lleva a hacer nuestra vida diaria. A mi me gusta todo: lo que soñamos, lo que nos imaginamos, pero aún así eso también se encuentra relacionado con la realidad, con las personas que conocemos. Todo lo que hago se inspira en lo que yo percibo, y mis trabajos, como este filme, puede llevarse dos años de mi vida, y es así que debe tratarse de algo humano, que esté relacionado con la realidad: la forma en que lo presento puede desarrollarlo de una forma fantástica, pero tiene que surgir de mi realidad.


Se encabronó, no'más porque le dijeron que parecía Mandibulín

¿Es una película para adolescentes?
LH: No intentamos hacer está película para adolescentes, queríamos más bien que la historia fuera relevante para gente joven. Pero, pues creo que la historia se fue revelando como una para todas las edades.
DM: Creo que cuando comienzas a hacer algo tienes cierta idea de hacia dónde deseas llevarlo; pero cuando vuelves a verlo te llevas una sorpresa porque puede llegar a ser algo totalmente distinto. Tal vez haya un gran público joven que pueda identificarse con la película porque su protagonista es uno de ellos, pero hay muchas más sutilezas que pueden llegar a otro tipo de público. Específicamente para este filme hable con Neil sobre lo que podríamos hacer. Y en uno de tantos encuentros decidimos hacerlo. Y bueno, los dos tenemos como que una idea de trabajar en nuestros respectivas casas, auque él sí tiene unos proyectos con Hollywood. Y pues bueno, en estos últimos cinco años trabajamos la idea, él el guión y yo la cuestión técnica, visual.

LH: Estamos desarrollando muy lentamente un proyecto cinematográfico para adultos –fuera de su compañía-, pero lo próximo será una nueva versión de The Storyteller.

Vestido de humildad y cordialidad, el artista inglés de corta estatura se acompaña de una laptop bajo el brazo que seguramente guarda epifanías en potencia, y la cual decansa en el suelo mientras accede a trazar un dibujo... parece entonces no existir distancia entre la realidad y la fantasía.
Se ve pequeño, pero vean cómo el cabrón de Jacinto Molina (Paul Naschy) estaba absorbiendo mi energía


En Sitges, los gatos se dan chapuzones


Los artistas de las figuras de arena se lucen en Sitges...




Para acabar bien, una tarde nublada en Sitges...

lunes, 26 de octubre de 2009

Sitges, Mórbido, Macabro: Apuntes acerca de los sustos


Ayer regresé de Tlalpujahua, un pueblito minero con crepúsculos arrebolados en el estado de Michoacán donde se desarrolla el Mórbido. Festival Internacional de Cine Fantástico y Terror, siendo apenas su segunda edición la de este fin de semana. De este festival, organizado por Pablo Guisa y Miguel Ángel Marín, supe casi de la nada hace poco más de un año y ni idea de sus organizadores, objetivos e intereses.

Habitando un país en el que han surgido, y continúan surgiendo, festivales de cine de todo tipo estratégicamente en pueblitos o lugares paradisiacos con vistas a llamar turistas, siempre he sido un tanto dudoso ante estos (de cualquier forma, un objetivo siempre fundamental en la concepción de un festival, será la de entradas monetarias a partir de la visita de turistas), en sus logros y autenticidad.

Tras visitarlo finalmente (como enviado de la revista Cinemanía) voy entendiendo los intereses de sus creadores (si la obra de Dario Argento o la exposición a Alucarda a los 10 años son momentos centrales en la vida de los organizadores, la cosa pinta muy bien, entonces), las posibilidades de un proyecto naciente y los riesgos y frutos de concebirlo en un lugar recóndito y prácticamente virgen al cine fantástico.

Me parece que Mórbido tiene delante una tarea complicada y de mucho trabajo, pero las cosas prometen y se necesitan hacer. Ante muchas ideas que andan revoloteando en mi mente a partir de este festival, y el reciente festival de Sitges, me he dispuesto a desempolvar notas, reseñas y entrevistas que hice durante las tres ediciones a las que he asistido del festival de Sitges (de 2005 a 2007), para aterrizar en Mórbido y otras cosas, en un intento por brindar una apreciación de la importancia de Sitges, y mi opinión sobre el estado del cine de horror en México. Así que los invito a leer esto durante los siguientes días (les pido un poco de paciencia, es extenso), y a que lo comparen con sus propias opiniones. Pongo, al final de cada caso, las fuentes en las que originalmente fueron publicados y, aparte de algunas correcciones, no he cambiado gran cosa para mantener el sentido original.



Chiaki Kuriyama

Sitges, España, 11 de octubre.- Por trigésima octava ocasión, la comunidad de Sitges, Cataluña, se ha vestido de colores –sobre todo rojo sangre-, para recibir a una desbandada de freaks del resto de España, y del mundo en general: precedida por el ‘gigante blanco’ que hace tres décadas aterrorizó a medio mundo, el Festival Internacional de Cinema de Cataluña desde el pasado domingo [octubre 9 de 2005]ha reunido lo más sobresaliente de la producción fantástica, de terror, acción, violencia y dibujos animadas de reciente manufactura.

Inaugurada con la proyección de Serenity, el debut en la dirección cinematográfica de Joss Whedon (Buffy, the Vampire Slayer), este famoso festival, el más longevo en lo que a cine fantástico se refiere, en esta ocasión está reuniendo películas como The Great Yokai War (Takashi Miike, 2005), The Wild Blue Yonder (Werner Herzog), Do You Like Hitchcock? (Dario Argento, 2005), y entre docenas más, The Piano Tuner of the Earthquake (Timothy y Stephen Quay, 2005), así como se viste de gala con la presencia de verdaderas personalidades como Dave Mckean (ilustrador de conocida reputación, quien ahora presenta su debut cinematográfico con Mirrormask), David Cronenberg, Park Chan Wook, los hermanos Quay y, entre otros, Jodie Foster.

Chiaki Kuriyama, uno de los rostros que de Oriente ha aterrorizado al espectador contemporáneo, a través de sus caracterizaciones en filmes como Battle Royale (Kinji Fukasaku, 2000) y Kill Bill (Quentin Tarantino, 2003), siempre protagonizando aquel rostro femenino que atemoriza a hombres y mujeres por igual, estuvo presente en este festival, y hoy ofreció una concurrida conferencia de prensa en la que la emoción de los periodistas locales demostró la razón de que este festival lleve tantos años de realizarse ininterrumpidamente.

Kuriyami ha llegado a Sitges con The Great Yokai War, el más reciente trabajo de quien continúa siendo una de las sensaciones de Oriente: Takashi Miike, quien en este filme retoma a un grupo de los personajes más famosos del folklore japonés, los monstruos yokai, que no son otra cosa que las ánimas de todos los seres y objetos que habitan las montañas y, por ende, dan pie para un estrambótico y colorido espectáculo. Tratándose de un filme con mayor presupuesto del normal, y tal vez el primero escrito por Miike (entre una filmografía que casi llega a los cien títulos), The Great Yokai War resulta interesante, aunque parece perderse entre todas las posibilidades que el realizador pudo escoger, y no logra sobrepasar, a su vez, a la emblemática trilogía que a finales de los años sesentas realizó Yoshiyuki Kuroda.

Sobre su participación como el personaje de Aki, devorado por el lado oscuro, Kuriyami comentó que se trata de una figura que parece tener una razón para ser de esa forma: un amor no correspondido, aunque su misma naturaleza humana parece palpitar de vez en cuando. Kuriyami, quien ayer cumplió 21 años, responde de forma tranquila y sin despeinar uno sólo de sus cabellos que han sido cepillados antes de la conferencia y de la sesión de fotos por el estilista que viaja con ella.

Como si la hubiesen confeccionado con un juego de escuadras cuidadosamente graduadas, Kuriyami no pierde la compostura y recuerda que, antes de conocer personalmente a Takashi Miike, ya conocía de su fantástica obra y, al igual que le sucedió con Tarantino, se le hizo un personaje muy especial y culto al conocerlo.

“Este papel es muy especial, porque es un personaje que no existe en la mitología de los Yokai. De tal forma que se me permitió construirlo, y de esa forma inferir en su imagen y vestuario. Es así que esa libertad me permitió reflejarme a través de su rostro”.

“Antes de trabajar con Fukasaku me daban papeles de chicas normales, como fantasmas (sic), eran papeles que no requerían grandes esfuerzos físicos. Pero ya con Fukasaku las cosas comenzaron a cambiar, y después con Tarantino y Miike. Yo en realidad no soy una chica muy deportista, más allá de mis clases en la escuela no he hecho gran cosa. Sin embargo, cuando tras muchos esfuerzos hago las coreografías para las películas, me veo en el monitor y digo ‘Guau, creo que no soy tan mala’”.

La actriz explica que por supuesto, tras su participación en Kill Bill, le han ofrecido papeles para producciones en Hollywood, pero es algo de lo que no puede hablar.

Y así como su larga cabellera oscura recuerda a las féminas amenazantes y de ultratumba del cine sobrenatural de su país, la conferencia terminó y aquel telón de negros cabellos pareció engullirla. [www.revistacinefagia.com : octubre 12 de 2005]


Park Chan-wook

Sitges, España, 12 de octubre.- En la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Cataluña, Sitges, la gran ganadora fue Old Boy, película que ya se ha podido ver en México, y la cual ya ha permitido observar la extraordinaria capacidad narrativa de su realizador Park Chan-wook.

Y aunque el pasado año, este realizador coreano no pudo asistir al festival para ser testigo de su éxito, este año sí lo ha hecho y tal vez sea ocasión para ser testigo de un nuevo éxito con Sympathy for Lady Vengeance, filme que de nueva cuenta coloca a su realizador entre los posibles ganadores en la Sección Oficial Fantástica.

Tranquilo y muy sonriente, este nuevo héroe de ese cine que cada vez parece alejarse más de lo marginal para ir cosechando triunfos alrededor del mundo, se presentó en conferencia de prensa para opinar sobre su cine, y en particular de esos temas que lo han identificado: la violencia y la venganza, no sin antes recordar que desde que tenía quince años uno de sus deseos era asistir a este mítico festival… y bueno, ahora incluso lo hace en la competencia, no como simple asistente.

“La venganza es algo que está prohibido por nuestra sociedad, a pesar de que la gente siempre la desea. Para llevar a cabo una venganza se necesita mucha pasión, y cuando alguien la lleva a cabo resulta que esto no tiene nada de bueno. Es algo que sucede, por ejemplo, cuando los padres quieren vengar a una hija asesinada. Es por todo esto que considero que la venganza es la esencia humana, es por eso que se trata de algo que me obsesiona”.

“En mis dos filmes previos de la trilogía, la violencia ha sido una especie de erupción, pues se trata de dos hombres protagonistas. Con Sympathy la violencia es más pura porque se lleva a cabo desde la perspectiva de una mujer; de tal forma que el título del filme me parece que implica pasión y expiación. Para este tercer filme decidí que la protagonista debía ser una mujer pues después de los dos títulos anteriores me dio un poco de pena que se tratara sólo de hombres”.

El realizador comentó que a él siempre le ha llamado la atención hacer filmes que mezclen géneros y sentimientos, aún cuando el público crea que no se trata de lo correcto: “creo que, aunque el terror, el drama, la comedia y la acción son cosas distintas, no se pueden separar. Entiendo que se trata de cosas muy distintas, pero a mí siempre me atrae unirlas”.

“La venganza tipo ‘ojo por ojo y diente por diente’ me parece que se trata de algo muy estúpido; no obstante, el deseo de venganza no deja de ser algo muy fuerte en nuestra naturaleza. Y es por eso que a través de mis películas intento darle cierto sentido”.

“No sé exactamente cómo ha cambiado la violencia en mis películas, pero sí puedo decir que en el transcurso de estos tres filmes se ha transformado en algo elegante. Es de esa forma que mi siguiente película sobre el tema será una que verse sobre la violencia religiosa, pues creo que la violencia es pura e inocente”.

“La violencia en mis películas no es como la que se ve en las producciones de Occidente, donde hay más pistolas y menos cuchillos. En mis filmes hay más de esto último y contacto físico, y es por eso que creo que pueden ser más aterradoras”.

Chan-wook, quien entre sus realizadores más influyente cuenta a Hitchcock, Bergman y Aldritch, comentó que su siguiente filme será una comedia musical para adolescentes, pues siempre está tratando de “hacer algo distinto”. [www.revistacinefagia.com : octubre 12 de 2005]



Adios Sitges


Sitges, Cataluña, España, 17 de octubre.- Pues bien, hoy he iniciado mi último día en Sitges. Hasta el momento no he tenido oportunidad de meterme al mar…bueno, que tampoco se han dado muchas oportunidades, pues fuera de los dos fines de semana pasados, los días laborales han estado grises de agua, lo cual no es malo, por supuesto y menos después de ver Jaws.


Han sido ocho días intensos, fuera de tres escapadas por las tardes a Barcelona, he estado en constante movimiento: del pueblo de Sitges, donde se encuentran los cines Prado y Retiro, al hotel Meliá, en donde se encuentra el magnífico auditorio que cierra la triada de salas que cobijan las funciones principales del Sitges 05. Festival Internacional de Cine de Cataluña. Del pueblo al Meliá la distancia no es exactamente corta –unos quince minutos caminando– pero la localidad, cuyas estrechas calles recuerdan en cierta forma a un Guanajuato cercado por mar hace, por supuesto, apacible y disfrutable todas las caminatas.


Uno de estos días corrí con la suerte de toparme con Juan Jiménez (los letrados en el arte secuencial lo ubicarán como el extraordinario dibujante de Le Chaste du Metabarons, escrita por el chamán Jodorowsky), quien resulta que reside en Sitges y, tras contextualizarlo (aunque me dijo que recuerda perfectamente que lo entrevisté el año pasado cuando visitó México, yo sé que no es así) platicamos un rato sobre historieta y cine, y a éste último respecto me comentaba que el festival de Sitges continúa siendo una fiesta fantástica, aunque hace varios años lo era aún más, pues a falta de un hotel tan enorme como lo es el moderno Meliá, todas las actividades se desarrollaban en el pueblo, llevando a sus pobladores a convertir en toda una verbena la geografía del lugar durante el tiempo que duraba el encuentro cinematográfico.


El maestro Jiménez recuerda que entonces, aunque el festival se circunscribía casi exclusivamente al cine de horror y por tanto, era más pequeño, resultaba más entrañable y menos glamuroso. Por supuesto, entiende que las cosas deben de cambiar, pues incluso la oferta del festival ha tenido que abrirse hacia otras tendencias y géneros para seguir existiendo. Así, con cierta melancolía rememora aquellos días mientras que en el lobby del Meliá me explica que se retira pues, a pesar de que en el salón Brigadoon se presentó un cortometraje animado basado en uno de sus trabajos, él no contaba con pase de invitado.


En el mismo salón Brigadoon se proyectaron varios programas en DVD, sobresaliendo varias películas de Santo que acaban de ser editadas en España. Me animé a traer unas copias del especial del mítico personaje que hace siete años armamos [en 1998] en la revista Somos algunos periodistas organizados por Pepe Navar, y con orgullo puedo decirles que el Enmascarado de Plata continúa siendo materia de interés, pues las copias se vendieron rápidamente en el puesto de unos amigos españoles que amablemente aceptaron ofrecerlas.


Haciendo eco de las remembranzas de Juan Jiménez, estamos seguros de que las cosas debieron ser un tanto distintas hace algunos años, pero obviamente hoy han cambiado, ni siquiera los directores que normalmente participan en el festival son los mismos: hay una gran presencia oriental y directores como David Cronenberg han hecho patente una evolución extraordinaria y lógica en su obra. Ni siquiera él es el mismo que hace 30 años ganó en Sitges con Shivers, tal y como se demuestra en A History of Violence, su más reciente obra que ahora clausura el festival.

Lo único cierto es que un suceso como Sitges continúa siendo extraordinario. La localidad responde al festival y vemos salas llenas, los aparadores de las tiendas de ropa, perfumerías y demás, adaptan sus formas a las del festival y es así que podemos ver a decenas de tiburones, gorilas (recordemos que la imagen del festival es la silueta de King Kong quien, por cierto, en una disfrutable identificación del festival que acompaña cada proyección se le ve pescar al ‘gigante blanco’ y arrojarlo lejos en medio de un rugido de simio gigantesco) y otras delicadas criaturas tras los cristales anunciando los productos. La gente aplaude ante la aparición de los nombres sobresalientes en los créditos de las películas y si se ha visto un suceso extraordinario en pantalla (una secuencia de acción sorprendente, que alguien ha recibido su merecido o, que incluso, se desarrolle una escena de mucha sangre y violencia), las palmas, chiflidos y gritos pueden llegar a terrenos ridículos.


Pero bueno, hay que ver el sentido y el gusto que ha desarrollado el público de acá (¿será acaso que por eso existe el festival, o será resultado mismo de éste?, solo Satanás sabrá), todo lo soportan, lo aplauden y, en la mayoría de ocasiones, lo ovacionan; ya sea un trabajo denso como The Pianotuner of Earthquakes de los hermanos Quay, uno ultraviolento como el filme casi snuff tailandés de Born to Fight, o una auténtica mamada como la espantosa La Monja, de Luis de la Madrid.


El caso es que la mayoría de las veces las salas se encuentran llenas, creo que a final de cuentas a cada función pueden asistir entre 500 y mil espectadores, algo que no veo muy difícil de suceder en México, aunque sí imposible si las entidades culturales y gubernamentales no se interesan en apoyar este tipo de eventos, ventaja que tiene Sitges por encima de nuestro país. En fin, que de aproximadamente cien filmes entre documentales, animes y unas docenas más de cortometrajes, tuve ocasión de ver más de 30 de ellos, y eso no lo cambio por nada. La verdad, es que creo que lo mejor que he visto hasta hoy (durante el día podré ver otras cuatro películas, y entre ellas A History of Violence, así que no todo está dicho) es Jaws. Sí, sé que puede escucharse mamón, pero la película tras más de veinte años de verla pro primera vez, en pantalla grande continúa siendo cautivadora y, a mi juicio, los logros generales de las producciones presentadas fueron menos de lo que esperaba (eso, por supuesto, no es culpa del festival y ni siquiera de los realizadores, simplemente fue un momento), Desafortunadamente no pude ver Sympathy for Lady Vengaence, The Devil’s Rejects, A World Without Thieves y alguna otra que parece prometer.


Por otro lado, hubo buenos momentos, como la mencionada Born to Fight, Frágiles, Ashura, The Wild Blue Yonder, Haze y, entre otras, New Police Story, un dramón de superacción protagonizado por Jackie Chan. E igualmente, Great Yokai War se le fue de las manos a Miike y Seven Swords le quedó bastante pesada a Tsui Hark. Mirrormask y The Pianotuner of Earthquakes creo que podrían haber quedado mucho mejor, pero que existan en sí, ya es un gran alivio.


No pude ver Hostel, la más reciente peli de Eli Roth, que en lo particular creo que es un farsante (su famosa Cabin Fever, si me lo preguntan, es una basura con suerte), pero que corrió con la fortuna de que en esta ocasión lo produjera Tarantino, figura cuyo talante provocó que los reflectores se fueran sobre él durante la conferencia de presentación y provocara cierta molestia en Roth, aunque parece que sólo yo lo vi así (creo que sí me cae gordo el tío).


A muy grandes rasgos, eso ha sido Sitges 05. Una experiencia que todo interesado en la sangre, sudor, sexo, monstruos, cochinadas, patadas, balazos en el cine y un largo etcétera, sin duda, encontará como el verdadero paraíso. Desde aquí, vaya un abrazo a todos en Sitges, a toda la gente que opera en la sala de prensa del festival por su amable atención (de verdad), y espero no pase mucho tiempo de que vuelva a ver aquel enorme simio surcando las aguas de la costa catalana. [www.revistacinefagia.com : octubre 17 de 2005)



Sendero de violencia


Una historia violenta (A History of Violence) lleva por título el filme más reciente y aplaudido del cineasta canadiense David Cronenberg, y como una coincidencia extraña, que podríamos entender como la presencia del karma, igualmente funciona para definir y calificar el discurso creativo de este artista.


El filme se basa en una novela gráfica del mismo nombre (Paradox Press / Vertigo) escrita siete años atrás por el guionista inglés John Wagner (creador de Judge Dreed) y dibujada por Vince Locke, algo que Cronenberg desconocía hasta bien entrada la filmación de la película... aparentemente, aunque no sabía del origen de la historia, ya estaba escrito que en un futuro estaría involucrado con ella. El título parecía indicarlo.


Con una carrera que surca sobre cuatro décadas, la filmografía de Cronenberg es una de las más personales y peculiares en la historia, a partir de quince largometrajes en los que una contemplación filosófico sobre el cuerpo y la mente, a través de metáforas protagonizadas por fenómenos de la naturaleza y la ciencia, han dado como resultado un mensaje que ya ha arrojado línea en otros medios y que se le conoce como el reinado de la ‘nueva carne’.


“Creo que somos lo único en este universo, creo que no veremos nada de otro mundo en poco tiempo. Estamos atrapados en nosotros mismos, estamos solos, confundidos, desesperados por encontrar un sentido, nuestras memorias constantemente cambian y nos esforzamos por mantener una identidad, como sucede con Spider (su anterior filme, del mismo nombre) y Tom Stall (en Una historia violenta)”.


Las palabras son del propio Cronenberg, y junto con el resto del texto son parte de lo que dijo a pregunta expresa y durante la conferencia de Una historia violenta, filme que clausuró la pasada edición del Sitges 05. Festival Internacional de Cine de Cataluña, encuentro de cine fantástico en el que el cineasta es ya un incondicional desde 1975, cuando presentó exitosamente su primer filme, Shivers.


Violencia universal

En Una historia violenta, Viggo Mortensen encarna a Tom Stall, un pacífico estadounidense dueño de un café, lugar en el que inesperadamente se da un acto de violencia del cual resulta protagonista inesperado a los ojos suyos y los de todo el país: la televisión se encargó de convertirlo en una celebridad. La inmediatez y masificación televisiva lo hace blanco de una serie de amenazas que poco a poco parecen revelarlo como un individuo totalmente distinto al que parecía ser, incluso a ojos de su propia familia.


En Sitges, el actor calificó a Cronenberg como un director inteligente como pocos, un hombre que observa y estudia la personalidad de sus actores y personajes para arrojar, así, ambientes y acciones totalmente realistas.


“No vi al personaje como (uno con) dos personalidades o identidades distintas, y tampoco David lo hizo. Desde un principio estuvimos de acuerdo en que se trataba de una persona que iba a ser una combinación de todo el coctel que trae dentro de la cabeza. Como todos nosotros, que podemos ser distintas personas durante el día, dependiendo tan sólo de dónde o con quien estemos, y entre todo esto puede entrar la violencia”, explicó Mortensen, quien tuvo ocasión de inyectar con humor negro el tópico de la violencia, cuando el cineasta aseguró que para la preparación del filme el actor tuvo que matar a algunas personas, para que pudiera entender la situación, a lo que el actor aseguró que eso no causó mucho problema, pues Cronenberg le explicó que no era malo si mataba a alguien que no conociera, al menos en Canadá.


Ya en un tono desprendido de lo paródico, incluso un poco acusador, Mortensen comentó que le resulta irresponsable que en España, o en cualquier otro lugar, vean en la película un reflejo de la violencia que se da en un sólo lugar, pues “se trata de una película demasiado buena y complicada, como para reducirla a un comentario sobre la violencia en los EU o en cualquier parte. Y si estamos en Europa, creo que es demasiado fácil lavarse las manos y decir ‘mira lo violento que son los americanos’. Creo que es una forma de esquivar la violencia que existe en España y en cualquier otro país. En cualquier persona existe la violencia”.


La naturaleza de la bestia

Mucho de la transformación, de lo extraño a lo cotidiano, a la vida, la mente y el cuerpo en la filmografía de Cronenberg se transmite por vía sexual o agentes externos que poco a poco se van adaptando al ser humano. Pero con la violencia, desafortunadamente no se trata de una enfermedad, pues el cineasta explica se trata de “algo innato a la condición humana. Eso es lo que nos asusta, es parte de nuestro código genético. Y es así que tratamos de controlarlo en nuestra sociedad de muchas formas, disfrazándola de muchas formas, como el deporte. Pero el impulso de la violencia no es una enfermedad, sino que es parte de nuestra condición humana, y es por eso que es tan difícil hablar de ella”.


“El filme no es una propaganda de la violencia, que la condene o promueva; más bien, observa nuestra compleja relación con ella, pues es indudable que parte de la violencia presente en el filme es hilarante, mientras que otros momentos resultan repelentes y horrorizan. Todo artista sabe que para ser universal debe de ser específico. De esa forma decidimos que la película se desarrollaría en América, donde hay una actitud especial para con las armas, muy distinta a la de otros países. Debido a la historia del cine estadounidense sentimos que se trató del lugar indicado para la película, aunque no es una película sobre los Estados Unidos, sino sobre la condición humana”, agregó Cronenberg, quien para continuar con su peculiar sentido del humor informó que, ante tanta carga de violencia, al termino de la filmación todo el equipo salió a destruir Canadá. [Revista Playboy (México), diciembre de 2005]

miércoles, 26 de agosto de 2009

Encarnação do Demônio, el Demonio no ha muerto


Ciclos en apariencia rigen nuestro entendimiento: Martin Scorsese se ha convertido en un hacedor de churros hollywoodenses de acción; David Cronenberg se ha cansado de su búsqueda autoral para entonces centrar su energía en realizar exquisitamente thrillers de historias mediocres; y Dario Argento finalmente presentó el capítulo final de su postergada trilogía de brujería, con la muy patética La terza madre.

Me atrevo a nombrar a estos otroras maestros y a usarlos como ejemplo, pues coinciden en generación y en una serie de logros artísticos que permanecen y cambiaron la historia del cine. Desafortunadamente parece que han completado un ciclo, que el gas se les acabó y pues, después de todo, supongo que creativo y excelente no se puede ser para siempre o, al menos, es realmente difícil lograrlo.

Ante esto, en años recientes, mi capacidad de asombro se ha ido empolvando un tanto ante la nueva incapacidad de antiguos maestros del cine para continuar logrando obras contundentes. Es así que, cuando me entero de la concreción o de la continuación de proyecto alguno de algún director respetado en algún momento, en lugar de entusiasmarme y confiar seriamente, respiro hondo y espero.

Así hice cuando la semana pasada me dirigí al Centro Cultural Universitario, en Ciudad Universitaria, para ver Encarnação do Demônio (Encarnación del demonio, 2008), de José Mojica Marins, mejor conocido como Zé de Caixão o Coffin Joe. En el marco de la 8ª edición de Macabro, Festival de Horror en Cine y Video, se presentó este filme que concluye la trilogía de Zé de Caixão, que Mojica Marins inició en 1964 con À meia-noite levarei sua alma (A medianoche me llevaré tu alma), y continuó en 1966 con Esta noite encarnarei no teu cadáver (Esta noche poseeré tu cadáver).

“Cuarenta años soportando” dice Zé de Caixão cuando sale de prisión en Encarnação do Demônio; ese mismo tiempo es el que Mojica Marins esperó para completar su trilogía y para que se le tomara más en cuenta como un realizador de valiosas ideas subversivas, y no como el mercachifle de filmes sangrientos que se le consideró por décadas y que lo mantuvo como un creador de filmes poco más que pornográficos y enfermos.



Zé de Caixão es uno de los símbolos más salvajes, peculiares y refrescantes en la historia del cine. De sombrero de copa, capa, barba y bigote y uñas larguísimas de mal aspecto, este personaje creado y personificado por el propio realizador es el non plus ultra de la irreverencia y la revolución: nacido en una mala noche, seguramente, reniega de toda creencia establecida y sobre todo de la existencia de Dios. Humilla al débil y utiliza toda clase de artimañas y violencia para conseguir lo que desea. Además de buscar la verdad, por más incómoda y vociferante que ésta sea, su principal objetivo en la vida es encontrar a la mujer ideal para concebir a su lado al hijo perfecto, al ser supremo. Para ello, su pareja deberá mostrar coraje, valor, fuerza e inteligencia ante cualquier horror y peligro. Ese camino está lleno de violencia y muerte.

Prácticamente, À meia-noite levarei sua alma y Esta noite encarnarei no teu cadáver componen un díptico de torturas y sangre, aunque con un heroico ejercicio nihilista como discurso. Tras estos, Mojica Marins se convirtió en una celebridad en su natal Brasil, aunque la inequidad del sistema cultural y cinematográfico lo llevaron a agazaparse casi de manera absoluta en la escena underground y a realizar su filmografía con muchos problemas de por medio.

Tras décadas de ignominia, Mojica Marins resurgió en este milenio gracias al interés de una nueva generación de entusiastas de su obra, y es así como en 2007 realiza el cierre de su sobresaliente trilogía.

Tras tanto tiempo, uno esperaría de forma normal la decadencia de un icono en pantalla. No obstante, las grandes uñas de Mojica Marins (aunque se ha dicho que ya son postizas) han mostrado gran garra al entregarnos una película igual de vital que los dos capítulos anteriores, y sin perder la carga subversiva del autor.

La búsqueda de la mujer ideal continúa, y a pesar de que Zé de Caixão muestra demencia senil y carcelaria, sus métodos continúan intactos y su ruidoso discurso sigue reverberando.

Al igual que Jodorowsky y López Moctezuma, Mojica Marins muestra un espíritu latino libre que planea sin prejuicio alguno: Encarnação do Demônio es un filme bello y ultraviolento, es un ejemplo de que el espíritu puede continuar incólume a pesar de todo. Ver a un maestro intacto es comparable a pocas cosas.

Encarnação do Demônio se presenta por segunda y última ocasión en cine en México mañana, jueves 27 de agosto, en la Cineteca Nacional, a las 21 horas, como parte del festival Macabro.





martes, 18 de agosto de 2009

Drag Me To Hell


Hace 25 años The Evil Dead, de Sam Raimi -conocida en México como El despertar del Diablo-, seguramente se estrenó, cuando mucho, en unas 40 o 50 salas de la República Mexicana y, aunque no fue una película archirrequetecontrataquillera, fue generando cierto culto a su derredor, y como sucedió en infinidad de países más.

El próximo viernes, 21 de agosto, finalmente será estrenado en México Drag Me To Hell, Arrástrame al Infierno, el más reciente filme de Raimi y el cual contará con 320 copias en toda la República Mexicana. Esto, obviamente, quiere decir que estará en 320 salas al menos durante su semana de estreno.

Cómo han cambiado las cosas, ¿no? Por supuesto, en ese cuarto de siglo, mucho de lo que entonces fue subversivo y contestatario ahora es parte del mainstream, y las grandes salas de cine fueron destruidas para convertirlas en estacionamientos y, en el mejor de los casos, en salitas de cine. La proliferación de dichas salitas, y esa búsqueda de los empresarios por venderle al consumidor una idea de mejor servicio, es lo que actualmente permite que haya tantas copias de una sola película en exhibición; aunque igualmente Sam Raimi hoy día ya es respetado por todo mundo.

En poco más de 25 años estrenando filmes (pues recordemos que, en realidad, filmó gran parte de The Evil Dead desde 1979; es decir, lleva tres décadas realizando largometrajes), Raimi continúa siendo un autor espectacular.

Aunque es reverenciado por los entusiastas al cine de horror, en realidad podemos considerar que solamente el primer largometraje de Raimi, The Evil Dead, se inscribe dentro de dicho género; pues a pesar del claro coqueteo y la utilización de forma brillante de recursos del mismo en sus filmes (la trilogía de The Evil Dead y Darkman), estos se tratan de historias de aventuras y humor negro, mientras que aquél continúa siendo uno de los más brutales ejercicios en la historia de la cinematografía, y a pesar de que haya espectadores que lo vean como una comedia ante la exagerada y granguiñolesca forma del filme.

Drag Me To Hell ha sido anunciada sin reparos como la vuelta de Raimi al género que le dio un nombre. Aunque me parece que no está lejos de serlo, o en realidad lo es, los elementos caricaturescos y el humor negro no faltan igualmente en este filme.



Tengo que pedirles compren el número de este mes de la revista Cinemanía para que chequen lo que el mismo Raimi me dijo en entrevista (y, si quieren, después se la prestan a su mamá o hermana mayor para que chequen el texto que me aventé sobre Penny Marshall), pero les comento mientras que Drag Me To Hell fue como una especie de desintoxicación para el realizador tras tanta presión y gran presupuesto con la trilogía de Spider Man.

Como sabemos, más que guiones o historias, en los filmes de Raimi hay anécdotas y pretextos (con excepción de los filmes que no ha escrito él mismo, como la trilogía del trepamuros, o The Gift o A Simple Plan) para embarcarse entonces en un alucinante ejercicio formal y de estilo. Drag Me To Hell no es la excepción y, de hecho, no había necesidad para que lo fuera: una simple maldición es el catalizador que necesitaba la maquinaria Raimi para arrancar.

El rostro inocente y bello de Alison Lohman hace más impactante la serie de torturas y el martirio de su personaje protagónico Christine Brown, quien es una especie de Will-E Coyote en manos del director. La imposibilidad de Raimi por dejar a un lado la comedia, me parece, queda claro en la utilización de Justin Long como un personaje de carácter, actor de extracción cómica que en este trabajo logra una réplica sorprendente a la naturaleza horrorizante de la historia: Raimi sabe lo que quiere. Esto es notorio nuevamente con la transformación de la actriz Lorna Raver en una auténtica bitch from hell, que queda para la historia como uno de los monstruos humanos que sí dan miedo en pantalla.

Me parece que en algunos momentos Raimi pudo llegar mucho más lejos de lo logrado (caso concreto, la secuencia en la que aparece Adriana Barraza y una cabra, y en donde a este animal podrían haberlo convertido en algo verdaderamente diabólico); pero, en resumen, la película es un verdadero paseo por la montaña rusa y la casa de los sustos, en donde el maestro Raimi continúa mostrando una energía pura y única.

Risa inusitada y desesperación ante lo visto en pantalla nos llevan hasta el final de este filme, punto en el que reside algo que, aunque anunciado, resulta absolutamente aterrador, inolvidable y de fuerza inusitada.

Raimi sigue siendo un genio.


Después de las 12:00, cualquier cosa puede suceder: "San" Raimi y yo.